Estos son algunos extractos sobre la superación del dolor emocional del libro de Eckhart Tolle, 'El Poder del Ahora'. Espero que les sirva para recordar, si ya lo han leído o para incentivarles a leerlo y practicarlo ya que sus palabras entrañan una gran sabiduría. A mi personalmente me ha ayudado muchisimo.
Tu dolor tiene dos niveles, el dolor que creas ahora y el dolor del pasado que aún vive en tu cuerpo y en tu mente. Estos dolores se mezclan y se alojan en tu cuerpo/mente...Ahora mismo eres responsable de tu espacio interno, nadie más lo es.
Este dolor acumulado es un campo de energía negativa que ocupa tu cuerpo y tu mente. Se trata del cuerpo/dolor emocional. El cuerpo/dolor tiene dos estado posibles: Latente o activo. Cualquier cosa puede activarlo, pero resuena especialmente con los dolores del pasado.
El cuerpo/dolor no quiere que lo observes directamente. En el momento en que lo observas, en cuanto sientes su campo energético dentro de ti y llevas tu atención hacia él, la identificación se rompe. Ya no puede usarte pretendiendo ser tú, ya no puede alimentarse a través de ti.
Algunos cuerpos/dolor son molestos pero relativamente inicuos...algunos son violentos físicamente y muchos son emocionalmente agresivos. Algunos atacan a la gente cercana, la gente que rodea a la persona y otros pueden atacar a su anfitrión. En este caso tus pensamientos y sentimientos relativos a tu propia vida se vuelven profundamente negativos y autodestructivos.
El cuerpo/dolor solo puede existir si consigue que te identifiques con él, entonces puede emerger y apropiarse de ti. Necesita conseguir su alimento a través de ti. Cuando se ha apropiado de ti, el cuerpo/dolor crea en tu vida una situación que refleje su propia frecuencia energética para poder alimentarse de ella. El dolor solo puede alimentarse de dolor, no puede alimentarse de alegría, le resulta totalmente indigesto. En cuanto el cuerpo/dolor se apropia de ti, quieres más dolor. Te conviertes en una victima o en un agresor.
...Tu forma de pensar perpetua el dolor para ti mismo y para los demás. Si no llevas la luz de tu consciencia al dolor, te veras obligado a revivirlo una y otra vez. Mantente presente, consciente. Sé el guardián siempre atento de tu espacio interno. Observa el cuerpo/dolor directamente y siente su energía, si te identificas con él, volverás a alimentarlo con tus pensamientos. ...No pienses en lo que alguien te hizo o dijo ni como le vas a responder, si lo haces te vuelves inconsciente y el cuerpo/dolor se convierte en ti, o si te invade un estado de animo sombrío y empiezas a pensar lo horrible que es tu vida o algo igual de negativo, tu pensamiento se alinea con el cuerpo/dolor, te vuelves inconsciente y vulnerable a sus ataques.
Enfoca tu atención en lo que sientes dentro de ti. Identifica el cuerpo/dolor, acepta que está ahí, pero no pienses en él, no dejes que el sentimiento se convierte en pensamiento. No juzgues ni analices, no te fabriques una identidad con el dolor. Mantente presente y continúa siendo un observador de lo que ocurre dentro de ti. Toma consciencia no solo del dolor emocional, sino de 'aquel que lo observa'...Observa el apego a tu dolor, observa la tendencia a pensar en tu desdicha.
Las relaciones no son la causa del dolor y de la infelicidad, sino que sacan a la superficie el dolor que ya está en ti. Al concentrar tu atención en el ahora, lo primero que encuentras es tu propio dolor y eso es lo que más se teme...La luz de tu consciencia debe ser lo suficientemente intensa como para no verte arrollado por los pensamientos o por el cuerpo/dolor, ni los confundas con quien eres. Eres el Ser, la quietud que está más allá del ruido mental, eres la alegría y el amor que están más allá del dolor.
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Si tienes cualquier sugerencia o te apetece comentar algo, no vaciles en hacerlo.
Tu dolor tiene dos niveles, el dolor que creas ahora y el dolor del pasado que aún vive en tu cuerpo y en tu mente. Estos dolores se mezclan y se alojan en tu cuerpo/mente...Ahora mismo eres responsable de tu espacio interno, nadie más lo es.
Este dolor acumulado es un campo de energía negativa que ocupa tu cuerpo y tu mente. Se trata del cuerpo/dolor emocional. El cuerpo/dolor tiene dos estado posibles: Latente o activo. Cualquier cosa puede activarlo, pero resuena especialmente con los dolores del pasado.
El cuerpo/dolor no quiere que lo observes directamente. En el momento en que lo observas, en cuanto sientes su campo energético dentro de ti y llevas tu atención hacia él, la identificación se rompe. Ya no puede usarte pretendiendo ser tú, ya no puede alimentarse a través de ti.
Algunos cuerpos/dolor son molestos pero relativamente inicuos...algunos son violentos físicamente y muchos son emocionalmente agresivos. Algunos atacan a la gente cercana, la gente que rodea a la persona y otros pueden atacar a su anfitrión. En este caso tus pensamientos y sentimientos relativos a tu propia vida se vuelven profundamente negativos y autodestructivos.
El cuerpo/dolor solo puede existir si consigue que te identifiques con él, entonces puede emerger y apropiarse de ti. Necesita conseguir su alimento a través de ti. Cuando se ha apropiado de ti, el cuerpo/dolor crea en tu vida una situación que refleje su propia frecuencia energética para poder alimentarse de ella. El dolor solo puede alimentarse de dolor, no puede alimentarse de alegría, le resulta totalmente indigesto. En cuanto el cuerpo/dolor se apropia de ti, quieres más dolor. Te conviertes en una victima o en un agresor.
...Tu forma de pensar perpetua el dolor para ti mismo y para los demás. Si no llevas la luz de tu consciencia al dolor, te veras obligado a revivirlo una y otra vez. Mantente presente, consciente. Sé el guardián siempre atento de tu espacio interno. Observa el cuerpo/dolor directamente y siente su energía, si te identificas con él, volverás a alimentarlo con tus pensamientos. ...No pienses en lo que alguien te hizo o dijo ni como le vas a responder, si lo haces te vuelves inconsciente y el cuerpo/dolor se convierte en ti, o si te invade un estado de animo sombrío y empiezas a pensar lo horrible que es tu vida o algo igual de negativo, tu pensamiento se alinea con el cuerpo/dolor, te vuelves inconsciente y vulnerable a sus ataques.
Enfoca tu atención en lo que sientes dentro de ti. Identifica el cuerpo/dolor, acepta que está ahí, pero no pienses en él, no dejes que el sentimiento se convierte en pensamiento. No juzgues ni analices, no te fabriques una identidad con el dolor. Mantente presente y continúa siendo un observador de lo que ocurre dentro de ti. Toma consciencia no solo del dolor emocional, sino de 'aquel que lo observa'...Observa el apego a tu dolor, observa la tendencia a pensar en tu desdicha.
Las relaciones no son la causa del dolor y de la infelicidad, sino que sacan a la superficie el dolor que ya está en ti. Al concentrar tu atención en el ahora, lo primero que encuentras es tu propio dolor y eso es lo que más se teme...La luz de tu consciencia debe ser lo suficientemente intensa como para no verte arrollado por los pensamientos o por el cuerpo/dolor, ni los confundas con quien eres. Eres el Ser, la quietud que está más allá del ruido mental, eres la alegría y el amor que están más allá del dolor.
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